Manilva: situación e historia
El municipio de Manilva está situado en el extremo S.O. de la provincia de Málaga, a 97 km de la capital malagueña y a 35k. de Gibraltar.
Con una extensión de 35,30 km, constituye el punto de unión entre la Costa del Sol y el Campo de Gibraltar. Manilva tiene una altitud aproximada de 128m. sobre el nivel del mar, una precipitación anual de 750L./m2 y una temperatura media de 18ºC.
La orografía se configura como una serie de colinas alomadas que ascienden escalonadamente desde el mar hacia el interior, posibilitando disfrutar simultáneamente del turismo verde o rural y del turismo azul o de mar.
La población actual empadronada es de 18.818 habitantes, distribuidos en tres núcleos de población, Manilva, Sabinillas y El Castillo y en numerosas urbanizaciones, población que llega a triplicarse en el período estival.
La historia de Manilva
La fertilidad de la zona y su privilegiada situación geográfica, ha sido un gran atractivo para todos los pueblos de la Antigüedad que decidieron asentarse en esta zona y que hicieron que Manilva estuviera poblada desde tiempos prehistóricos
Aunque hayan aparecido restos del Paleolítico, las únicas evidencias que tenemos hasta el momento serían, en la mayoría de los casos, más fuentes de aprovisionamiento de recursos líticos que asentamientos humanos propiamente dichos.
Sí están especialmente bien representados los momentos del Bronce Final gracias al asentamiento de Los Castillejos de Alcorrín, enclave del siglo IX a.C. que evidencia los contactos existentes en este momento entre el mundo indígena y los primeros colonos fenicios.
La presencia romana está documentada desde el cambio de era, gracias a pequeñas explotaciones agropecuarias cercanas a tierras de alto valor agrícola.Estas, se abandonarían de forma gradual, posiblemente debido a la movilización de la población hacia la costa, motivado entre otras causas por el gran auge que a lo largo del Siglo II van a tomar las industrias de salazón de pescado. Buen ejemplo es el conjunto arqueológico del Entorno del Castillo de la Duquesa, constituido por los restos de una villa, termas, necrópolis y una gran factoría de salazón de pescado con un mercado adosado a la misma.
A inicios del siglo V, se producen una serie de hechos históricos que suponen, para esta zona, el abandono de la mayor parte de los asentamientos de primera línea de costa.
Tras la conquista musulmana es especialmente interesante la constatación de un poblamiento rural disperso. Estas poblaciones dependerían con probabilidad del mayor asentamiento conocido en la zona en estos momentos: la fortaleza y medina ubicada en la actual Casares.
El entorno del río Guadiaro y por lo tanto el actual límite de Manilva con la provincia de Cádiz, sería durante años la frontera del Reino Nazarita de Granada. En 1.485 se entrega Casares a las tropas cristianas, pasando a manos del Duque de Cádiz.
No es hasta 1530 cuando nace el “Cortijo de Manilva”, siempre dependiente de Casares, su origen responde a la necesidad de repoblar los terrenos más cercanos a la costa para paliar en lo posible la presencia de la piratería norteafricana favorecida con la despoblación de estas tierras más cercanas a la primera línea de playa. Así, se conceden por el duque numerosos solares a repobladores de Casares.
El aumento paulatino de la población se produce al amparo del cultivo de caña de azúcar y su industria y los viñedos, auténticos motores de la economía de Manilva durante siglos.
En octubre de 1.796 se consigue, la concesión del Real Privilegio de Villazgo a Manilva con la segregación definitiva de la que hasta ese momento fue su matriz, la villa de Casares, asignándosele término municipal propio.